Las nuevas tecnologías han entrado a nuestras vidas para quedarse, es lo era de la información, de la comunicación, también de la sobreestimulación… donde todo es accesible con un “clic”, el mundo y la percepción de este ha cambiado.

En este sentido, estamos en una sociedad donde la inmediatez es valorada, donde el error nos hace infelices y se vive más como un fracaso que como un aprendizaje necesario para crecer y desarrollarse, donde el miedo al que es diverso está muy presente y la información que recibimos es de tal magnitud que no podemos absorber, moviéndonos desde la parcialidad, la superficialidad, y no contrastante o profundizando.

En este contexto, la sociedad está evolucionando rápidamente hacia nuevas maneras de hacer las cosas, de afrontar las situaciones y dónde tenemos claro que todas las personas muestramos talentos diversos, que nos hace únicos y diferentes… Y como podemos, todo esto que es una realidad, aplicarlo dentro de la en torno a aprendizaje? Qué competencias podemos ayudar a desarrollar educadores y familia?

Pasión por el que haces: Aporta implicación: entusiasmo y dedicación. Dediquémonos a preguntarlos qué los gusta, con que disfrutan.

Curiosidad: Para aprender, para profundizar, para preguntarse sobre los temas, indagar. Damos espacio por el descubrimiento, dejémoslos hacer preguntas y contestar por sí mismos.

Creatividad: buscar nuevas maneras de hacer las cosas, aplicar la imaginación, … Valoramos las ideas diferentes, probar nuevas cosas, nuevos caminos, dejamos que se expresen.

Adaptabilidad y flexibilidad: saber adecuarse a las necesidades de un entorno dinámico, cambiando…Valoramos las aportaciones y mostrémonos flexibles.

Sentido crítico: Preguntarse lo porque, pensar por un mismo, aportar soluciones constructivas. Creamos espacios donde poder contrastar, pensar, dialogar desde el respeto.

Gestión emocional: reconocer las propias emociones y las de los otros, aceptarlas para afrontar las situaciones con conciencia del que nos afecta y cómo afecta los otros el que nosotros estiércol. Dar espacio a los sentimientos, a los pensamientos y también a la coherencia en cómo actuamos.

Autonomía: Tomar decisiones, responsabilizarse y autogestionarse. Confiamos con los jóvenes y en sus posibilidades, hagámoslos responsables de sus decisiones.

El Maestro en un mundo como este ya no es la persona que tiene los conocimientos, ni es la fuente de información por alumno, más bien podría ser visto como un mentor con quién debatir, analizar, contrastar, gestionar y tantas otras cosas…